En todas las ciudades se dan hechos extraordinarios que son los que las hacen tan mágicas. Otras veces las ciudades constituyen en sí mismas un hecho excepcional, como demuestra la historia de Kowloon, más conocida como “la ciudad sin ley” o “la ciudad de la oscuridad”.
Se trata de una historia que parece de película, pero que es totalmente real, y que nos habla de una ciudad en la que no existió ningún tipo de autoridad y que fue creciendo a medida que florecía en su interior una actividad comercial basada en todo tipo de tráficos ilegales, prostitución y demás actividades criminales.
La extraña historia de esta ciudad se remonta a un pequeño enclave de la península de Kowloon, cerca de la isla de Hong Kong, donde China mantuvo un puesto militar tras ceder dicha isla al imperio británico. Gran Bretaña decidió más tarde apoderarse del enclave por la fuerza y lo hizo, aunque legalmente siguió siendo un territorio chino, lo que formó un vacío legal que fue el caldo de cultivo perfecto para que la ciudad se convirtiera en un nido de criminales con el tiempo.
Aunque la ciudad se encontraba dentro de su territorio las autoridades británicas no podían intervenir y dejaron que la ciudad se desarrollase libremente, considerando de poca importancia su actividad comercial. La ciudad fue creciendo poco a poco, los edificios fueron apiñándose unos sobre otros en su interior todo lo que les fue posible sin entorpecer el tráfico aéreo cercano. Se masificó de tal forma que las calles más anchas medían alrededor de un metro y la luz no llegaba más que a los pisos superiores y azoteas de las casas. Por supuesto se construía sin ningún tipo de conocimientos ni seguridad, apoyando unas casas en otras, aunque siempre se respetó el templo Tin Hau construido en 1951 y que se protegía con una malla de las basuras que le pudieran caer encima.
Los habitantes de la ciudad definían la vida en ella como “un armonioso estado de anarquía”. La policía no podía intervenir dentro de sus límites y Gran Bretaña había dejado de intentar desalojarla. Los niños jugaban en las azoteas (únicos espacios al aire libre y con luz) rodeados de marañas de cables y basuras, mientras los adultos desarrollaban la enorme actividad económica de la ciudad, basada en tráfico de opio y de alcohol y prostitución. Se conocía la ciudad por sus excesos, sus fumaderos de opio, sus casinos ilegales, sus fábricas de falsificaciones e incluso por sus numerosos dentistas que ejercían sin licencia ni ningún tipo de higiene pero a precios muy económicos.
Kowloong ha constituido el ejemplo de ciudad más anárquica que la humanidad ha conocido, por nombrar alguno de sus méritos, entre los que también se cuenta el ser la ciudad más densamente poblada que ha existido; llegó a tener hasta 50.000 habitantes hacinados en sus 0'026 Km cuadrados (es decir, una densidad de población de 1'9 millones de habitantes por Km cuadrado).
Finalmente, en 1987 las autoridades se hartaron de la situación y se acordó su demolición, que se llevó a cabo con diversas dificultades hasta 1993. Hoy en día existe un parque de corte tradicional chino en el territorio antiguamente ocupado por la ciudad.
La “microciudad” de Kowloon constituye un ejemplo inusual entre todas las ciudades del mundo. El atractivo de su rareza fue tal que incluso se rodaron varias películas en ella antes de su demolición. Además es un ejemplo de ciudad que ha evolucionado totalmente libre, sin someterse al gobierno de nadie ni a planificación urbana alguna; lo cual da mucho que pensar acerca de lo difícil que resulta encontrar algo así hoy en día.
Fuentes:
Wikipedia
Ión Litio: Kowlong, la ciudad sin ley
Todas las imágenes están sacadas de http://www.ionlitio.com
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